Cuando Augusto César Lendoiro asumió la presidencia en 1988, supervisó la época dorada del Dépor, pero también provocó que el club acumulara una deuda que, para 2013, superó los 160 millones de euros. Los administradores amenazaron con la quiebra del club si Lendoiro no renunciaba. Lo hizo, pero la presión financiera persistió. Abanca, un banco español, adquirió la participación mayoritaria del club en 2020. Este verano, el Deportivo anunció que estaba libre de deudas, 24 años antes de lo previsto, con el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, asumiendo también la presidencia del club. El club ha anunciado un plan estratégico basado en infraestructuras, innovación, consolidación financiera, fortalecimiento de la cantera y un “amor por esta ciudad y sus valores”.
Según Benassi, el objetivo es “mantener la competitividad en el presente, pero también garantizar el éxito y la viabilidad a largo plazo”. Aunque el Deportivo ocupa ahora el puesto 19 entre 22 equipos de la segunda división tras 11 partidos, no se apresurarán en el proceso. Además de renovar el complejo actual para la selección femenina, el club colabora con Populous, los arquitectos del Tottenham Hotspur Stadium, para construir un nuevo centro de entrenamiento de vanguardia. En colaboración con escuelas y academias cercanas, el objetivo principal es identificar y desarrollar a los jóvenes talentos más destacados de la región.